Esquivando mentiras y apariencias,
sentimientos fingidos,
cariño irreal,
afecto mal entendido,
voy rodeando los baches de lo puramente virtual,
en que la realidad se aleja,
y nada importa,
y todo vale,
pues es lícito dañar cuando no se siente.
Alejándome de los corazones en que el sentimiento,es sólo un papel forzado en la hipócrita escena de una novela sobre la apariencia de ser humanos.
Para intentar al menos evitar la sombra de las nubes que el odio forma en quienes menos esperamos.
Huyo de la sensibilidad ermitaña que no percibe más allá de la persona en que vive. Despreciando el dolor del susceptible, aquel que arrolla con lanzas de fuego y llora al sentir una diminuta astilla en la punta de un dedo.
Miro extrañada las quejas del ego absurdo que se siente triste y herido por no haber conseguido alcanzar su último anhelo, su última deseada conquista, el último capricho de una mente consentida y regalada con un éxito excesivo del que cuanto menos merece, más consigue.
Por eso busco:
en las palabras casuales,
en las conversaciones,
bajo las piedras menos exploradas y en las rutas menos recomendables,
entre el dolor y el llanto,
entre la risa,
el humor y los besos,
entre palabras y versos,
entre cuentos e historias,
entre diarios y notas, y mensajes sueltos,
y miradas tristes, o alegres, o dulces,
y rubores y sorpresas,
y pensamientos y acciones...
Busco a la gente mágica,
busco corazones, sentimientos,
busco inteligencia, comprensión,
busco lo especial que aún existe.
Y te encontré a ti....
Y así, compartimos momentos e historias, y sentimientos, y besos y cariño, y abrazos, y compañía, y aficiones, y música, y colecciono instantes...y compartimos una vida.