miércoles, 25 de julio de 2007





Tengo la convicción de que no existes

y sin embargo te oigo cada noche

te invento a veces con mi vanidado

mi desolación o mi modorra

del infinito mar viene tu asombrolo escucho

como un salmo y pese a todo

tan convencido estoy de que no existes

que te aguardo en mi sueño para luego.



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Es una lástima que no estés conmigo

cuando miro el reloj y son las cuatro

y acabo la planilla

y pienso diez minutos

y estiro las piernas como todas las tardes

y hago así con los hombros para aflojar la espalda

y me doblo los dedos y les saco mentiras.


Es una lástima que no estés conmigo

cuando miro el reloj y son las cinco

y soy una manija que calcula interes

eso dos manos que saltan sobre cuarenta teclas

o un oído que escucha como ladra el teléfono

o un tipo que hace números y les saca verdades.


Es una lástima que no estés conmigo

cuando miro el reloj y son las seis.

Podrías acercarte de sorpresa

y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos

yo con la mancha roja de tus labios

tú con el tizne azul de mi carbónico.

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Benedetti

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yaaaaaaaaaaa!!!!
Lo no te conocía esa faceta!!
dónde quedó la chistosa, la que cuenta anéecdotas...te nos enamoraste?...o seaaa esta más que claro...mmmm no me esta gustando esto je je je...
eeeeee ahi hablamos y me contai