lunes, 27 de agosto de 2007

Sutil




(…) decir que queremos a A más que a B no es una comparación entre dos grados de amor, sino que significa que B no es amado.

Porque cuando amamos a alguien no lo podemos comparar.

La persona amada no es comparable.

Aunque amemos a A y a B, no podemos compararlos, porque al compararlos ya dejamos de amar a uno de ellos.

Y si decimos en público que preferimos a uno de ellos y no al otro,

nunca se trata de declarar ante los demás nuestro amor por A

(porque en tal caso bastaría con decir simplemente “¡Amo a A!”),

sino de poner con discreción pero con claridad en evidencia que B no es por completo indiferente.

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