En un lugar lejano me di cuenta que...

Nada me emociona....
Nada me alegra demasiado nada me entristece demasiado
Nada me angustia demasiado, ni siquiera el hecho de no sentir. Actúo por inercia, no reacciono, espero que alguien me haga reaccionar, pero ese alguien no aparece.
Ya no hay reflexiones existenciales, no hay misterios, ni preguntas sin respuestas, por que simplemente no hay preguntas.
No hay nada, sólo yo en un camino perfectamente pavimentado, sin piedras, sin sobresaltos.
Me aburre que todo esté bien, sólo bien.
Me aburre no tener razones para llorar, o para estar riéndo todo el día.
Por que espero que alguna vez se pase este período insensible. Porque pienso recuperar mi capacidad de asombro. Por que trataré de volverme falsa y me inventaré razones para llorar y sonreír.

No creo en el amor en que todos creen, no tengo muchas esperanzas, no encuentro lo que busco y tampoco busco mucho. Nadie me provoca lo que espero que me provoque y no cumplo más que mis propias expectativas.

Sé agradecer las buenas acciones, sé recompensar las buenas intenciones, pero no doy lecciones de vida, no soy vengativa, eso se lo dejo al destino.

Miento poco: al cartero (no tengo plata), a un conocido (no, hoy no puedo), a mi mamá (no te preocupes, estoy bien) y de todos modos no sirve. Puedo actuar, pero no puedo mentir. Además, creo que mentir es una acción bastante estúpida. Prefiero ser directa y decir las cosas con un poco de anestesia.

Trato de hablar siempre con mucha convicción. No pienso mucho las cosas antes de decirlas, es màs digo las cosas y después pienso en las consecuencias que éstas puedan traer. Sé aceptar correcciones e ideas ajenas, siempre y cuando estén bien elaboradas y argumentadas.


Pienso mucho más de lo que hablo.`


(No espero que nadie entienda esto, más que yo misma) Hoy me di cuenta de que soy una egoísta y que sólo escribo para mí.