Sutil
(…) decir que queremos a A más que a B no es una comparación entre dos grados de amor, sino que significa que B no es amado.
Porque cuando amamos a alguien no lo podemos comparar.
La persona amada no es comparable.
Aunque amemos a A y a B, no podemos compararlos, porque al compararlos ya dejamos de amar a uno de ellos.
Y si decimos en público que preferimos a uno de ellos y no al otro,
nunca se trata de declarar ante los demás nuestro amor por A
(porque en tal caso bastaría con decir simplemente “¡Amo a A!”),
sino de poner con discreción pero con claridad en evidencia que B no es por completo indiferente.
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